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escuela i.m.a.n:  integración marcial aplicación necesaria

Más allá de un camino espiritual, que nada tiene que ver con los despropósitos en los que se apoya la sociedad occidental moderna a la hora de hablar del crecimiento espiritual, y que han convertido al Karate en una mera filosofía totalmente diluida e inaplicable en la vida cotidiana.

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La idea de que la persona por ejercitar rutinas de posturas, movimientos y respiraciones e incluyendo además ingredientes tales como la dieta, meditación y trabajos energéticos,  va a obtenerse evolución espiritual,  es el principal motivo por el cual nuestra sociedad está cada vez más lejos de todo aquello que dió origen y sustancia a las artes marciales.

 

Más allá del entrenamiento aeróbico  y anaeróbico, donde en el mejor de los casos, tal como lo demuestran la mayoría de las disciplinas deportivas y marciales actuales, el logro consiste en tener favorable aptitud física- sin lugar a dudas indispensable en el proceso para estar saludable-pero que al aceptar que  eso se establezca como máxima aspiración a alcanzar, la persona lo sepa o no, está aceptando un límite adaptándose cómodamente a los intereses impuestos por los paradigmas imperantes, sin siquiera interrogar las bases en las que se sustentan. Conscientes o no al respecto se está aceptando inevitablemente un extravío en el criterio de su entrenamiento físico, que puede leerse a simple vista en el modelo terminado de una sociedad donde prepararse físicamente es antesala de superficialidad, donde se inculcan escalas de valores que en la mayoría de los casos tienen como único destino en común, fomentar la idiosincrasia en las personas, dejando de lado la importancia trascendental que tiene la persona que realiza el proceso.

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Practíquese la actividad que se practique, sin retornar a las bases y fundamentos de las Artes Marciales el resultado no varía, la persona sigue teniendo los mismos problemas de siempre. Los problemas de las personas no varían a lo largo del tiempo. Y mientras tanto, las supuestas soluciones actuales que se ofrecen ante la falta de un Camino Espiritual, están orientadas a recubrir aún más el envoltorio, cristalizar más el cascarón, lo cual garantiza la permanencia en ignorar y desentenderse de lo que se lleva adentro, fomentándose  torneos, competencias y exhibicionismo en tales disciplinas para ahorrarse lo que ninguna persona debería ahorrarse, vérselas ante lo que lo limita para entonces atravesarlo mediante un Profundo Trabajo Interior Individual como lo Enseña Todo Maestro Zen.

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Se nos vende en la actualidad toda clase de disciplinas bajo etiquetas de grandes éxitos que no hacen más que incrementar el mejunje espiritual, con formas floridas y disímiles  escenarios.

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Entonces,

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Más Allá de la practica marcial repetitiva siguiendo la Doctrina del DO, totalmente necesaria para perfeccionar las aptitudes físicas del Practicante a través de ciertas posiciones, desplazamientos y movimientos que conservan la Esencia originaria del Estilo Shorin Ryu,

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Generar integración marcial de aplicación necesaria nos exige una Toma de Partido.

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Un compromiso de recorrido por Un Camino que desemboca en aquel concepto fundamental que ya desde el origen dio sustancia al nacimiento y crecimiento Desde Donde devienen las Artes Marciales.

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Este Viaje es el que estamos invitados a realizar…El verdadero desafío que nos concita en este Tiempo..

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Tiempo de Cambio…en el que apropiarnos del Concepto más anhelado desde siempre y a la misma vez… tan inaccesible como siempre para los seres humanos…a través de la Practica de Karate Do, Reconocer en qué Consiste El Camino Sagrado que Enseñaron y Enseñan los Grandes Maestros...

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Camino Que tiene como Única Finalidad para Quien lo Recorre…. Su Propia Iluminación.

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